martes, 14 de febrero de 2017


ANESTESIA

La anestesia es un acto médico controlado en el que se usan fármacos para bloquear la sensibilidad táctil y dolorosa de un paciente, sea en todo o parte de su cuerpo y sea con o sin compromiso de conciencia.

Antes de la década de 1840, los pacientes no iban nerviosos camino del quirófano; iban aterrorizados. ¿Por qué? Porque no existía la anestesia. “No era raro que el cirujano entrara a la sala de operaciones con una botella de whisky en cada mano: una para el enfermo y la otra para él, a fin de poder soportar los gritos”, relata Dennis Fradin en su libro “We Have Conquered Pain” (“Hemos vencido el dolor”).

Médicos, dentistas y pacientes lo intentaban todo con tal de mitigar el dolor en las operaciones. Los doctores de China y de la India usaban la marihuana y el hachís, mientras que en diferentes partes del mundo se utilizaba extensamente el opio, lo mismo que el alcohol. En la antigüedad clásica, el galeno griego Dioscórides —el primero, que se sepa, en emplear la palabra anestesia— atribuyó facultades anestésicas a pócimas elaboradas con mandrágora y vino. En épocas posteriores, algunos incluso experimentaron con el hipnotismo.

A pesar de todo, el alivio del dolor distaba de ser satisfactorio, de modo que cirujanos y dentistas trabajaban tan rápido como podían; de hecho, se les calificaba según su agilidad. Pero hasta los más veloces seguían infligiendo enormes sufrimientos. Por eso era común que la gente prefiriera soportar toda clase de males, como tumores o tener la boca llena de dientes cariados, antes que enfrentar la tortura de una operación quirúrgica o una extracción de muelas

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